En los libros álbum no basta conque exista esta interconexión de códigos, debe
prevalecer tal dependencia que los textos no puedan ser entendidos sin las imágenes y
viceversa. Es decir deben someterse a una interdependencia de códigos.
Miremos con atención esta secuencia de Ahora no, bernardo de David Mckee.
“Hola Pa”, dijo Bernardo.
“Ahora no, Bernardo”, dijo su papá.
“Hola, ma”, dijo Bernardo.
“Ahora no, Bernardo”, dijo su mamá.
“Hay un monstruo en el jardín y me va a comer”, dijo Bernardo.
“Ahora no, Bernardo”, dijo su mamá.
Bernardo salió al jardín.
“Hola, monstruo”, le dijo al monstruo.
El monstruo se comió a Bernardo de un bocado.
Apenas unas breves líneas de texto, aseguran el guión de esta secuencia. Sin embargo,
suficientes elementos visuales nos informan acerca de lo ocupado que están los padres
de Bernardo, quienes ni siquiera tienen tiempo para mirarlo a la cara… La imagen del
padre que se golpea con un martillo mientras el rostro se le pone de color verde de
dolor, la imperturbable actitud de la madre que riega una planta en la sala y el zapato
que sostiene el monstruo como trofeo de haberse devorado a Bernardo, llenan los vacíos
que el texto no completa.
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